jueves, 12 de noviembre de 2015

Pizza, amor de mi vida

Cuando era pequeña y no quería comer según qué cosas mis padres siempre me decían: "No puedes comer siempre lo que te apetece; si todos los días comieses... Pastel de chocolate (por ejemplo) lo acabarías aborreciendo..."

E irremediablemente yo me cuestionaba esa afirmación cada vez que me la soltaban frente a un enorme e interminable plato de alguna verdura que no me gustase.


En mi joven imaginación, más o menos la misma que tengo ahora, me veía comiendo cada día macarrones, arroz con tomate o canelones hasta el fin de los días. Y no me podía imaginar un cuento mejor: todo felicidad, nada de pescado o verduras, venga espaguetis y chocolate por doquier...

No podía evitarlo cuando además muchos de mis referentes lo hacían también: ni una sola vez vi a Heidi comer verduras, sólo queso, pan y leche; Garfield comía lasagnas enteras siempre que podía y hasta en mi precoz e intensiva incursión en el mundo de Beverly Hills 90210 el mensaje estaba claro...


Luke Perry o Jason Priestley... ¡Imposible decidirse!

Cantidades bochornosas de tortitas, comida basura y, por supuesto, ¡café!

Puede que mi obsesión empezase aquí y ni siquiera lo supiese...
¡Quién era yo para cuestionar a mis queridas Tortugas Ninja! ¡¡Semejantes criaturas mutantes no podían estar equivocadas!!


Y precisamente de esto vengo a hablaros hoy, de Pizza, el amor de mi vida, lo que sin duda podría comer día tras día durante el resto de mi vida, de aquí a la eternidad...

A menudo compro pizzas congeladas y luego las tuneo con salchichas, queso y últimamente con salsas. En esta ocasión hice yo misma la masa con la receta del libro de Isasaweis, pero la verdad es que la tuve que adaptar un poco: para mi gusto lleva demasiada agua y poca harina así que os dejo las cantidades que a mi me parecen mejores.



Pizza (4 pax)

- 250 g Harina
- 100 ml Agua
- 25 g Levadura Fresca o 1 sobre de levadura liofilizada
- 1 cdta. de sal
- 1 cdta. de azúcar
- 2 cdas. de aceite de oliva


- Deshacemos la levadura en un cuenco ayudándonos de un par de cucharadas de agua templada. Añadimos también media cucharadita de  azúcar, mezclamos y dejamos reposar 15 minutos.


- En un bol más grande, hacemos un volcán con la harina. En el medio, ponemos la mezcla anterior, el resto del azúcar y el aceite. En una esquina, ponemos la sal. Agregamos el agua tibia poco a poco mientras incorporamos todos los ingredientes.


- Lo volcamos sobre la encimera enharinada y amasamos durante unos minutos, hasta que la masa sea uniforme, lisa y al aplastarla ligeramente con un dedo, la masa vuelva a su lugar.


- La ponemos en un bol y la tapamos con un paño húmedo; lo dejamos reposar una hora u hora y media.


- Después, sólo tenéis que estirarla con ayuda de un rodillo, ponerla en una placa de horno con papel de horno y echarle imaginación con los ingredientes.


- Yo esta la hice mezclando un bote de salsa boloñesa con cuatro cucharadas de salsa barbacoa.


- Encima, bacon, chorizo, queso y queso de cabra....¡ñam!


- Horneamos durante 20 minutos, hasta que esté dorada.


Esta la hicimos entre mi amiga Cinthia, que ¡spoiler! se pasará por el blog próximamente con su receta estrella,  y yo. Porque cocinar con amigos es más divertido, ¡por qué si no me iba a meter yo a estudiar cocina!

En fin, espero que os animéis a prepararla en casa y me contéis qué tal.

¡Nos vemos pronto!

¡Besos!

Boira

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