Muchos de vosotros habréis celebrado Halloween este fin de semana, pero la fiesta como tal es mañana por la noche. Por eso he querido esperar a la crítica hora para traeros esta receta, que además es muy fácil, sin horno y con un producto de temporada que me encanta, el boniato.
Recetas para Halloween hay muchas y muy variadas; si recordáis, el año pasado os propuse unos cupcakes de calabaza terroríficos.
En esta ocasión mi propuesta viene de la gran Maria Lunarillos, otra de mis blogueras de cabecera. En su página web podréis ver una parte tienda, donde encontraréis todo lo que necesitéis para hacer cosas increíbles, y por otro lado el blog de recetas, donde vais a FLIPAR con las cosas que hace. Es así.
Recetas dulces y saladas, tutoriales, imprimibles, craft, manualidades, DIY, mesas dulces... ¡De todo! No podéis dejar pasar la oportunidad de ver cómo hacer unos preciosos cake-pops en forma de rosa, obras de arte en miniatura como estas galletas bailarina o la receta que hoy os propongo, un delicioso cheesecake de boniato.
Cheesecake de Boniato (adaptada de la receta de María Lunarillos)
- 200 g Galletas
- 100 g Mantequilla
- 200 g de Puré de Boniato (2 boniatos grandes o 3 medianos)
- 250 g Nata para montar (mínimo 33% de materia grasa)
- 150 g Azúcar
- 250 g Queso crema
- Caramelo o miel de caña para la decoración
- Empezamos poniendo a asar los boniatos. Los dejamos en el horno a 200º durante una hora o hasta que al pincharlos con un tenedor estén blanditos.
- Después, una vez templados, los pelamos y los machacamos con un tenedor.
- Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida.
- Con la mezcla de galletas y mantequilla forramos un molde desmoldable (el mío es de 20cm) tanto por la base como por los laterales y lo dejamos refrigerar.
- Montamos la nata, que debe estar muy fría, con una parte del azúcar (50 gramos) a velocidad alta. Cuando lo tengamos reservamos en el frigorífico.
- Batimos la crema de queso con el resto del azúcar a velocidad media.
- Incorporamos el puré de boniato.
- Cuando la mezcla sea homogénea, añadimos la nata montada ayudándonos de una espátula mediante movimientos envolventes.
- Rellenamos el molde que teníamos vestido con la galleta triturada; distribuimos bien la mezcla y aplanamos la superficie.
- Ponemos caramelo en una manga pastelera y hacemos círculos sobre la superficie. A mi se me ha desparramado un poco y encima le ha dado poco color; después he hecho lo mismo con miel de caña y ha quedado mucho mejor.
- Con ayuda de un palillo hacemos líneas desde el centro de la tarta hacia el exterior, terminando así nuestra tela de araña.
Ya solo queda lo más difícil: dejarla enfriar en la nevera mínimo un par de horas, aunque está mejor de un día para otro.
La textura es suave y cremosa y el toque del boniato es lo más delicioso que hayáis probado.
Como no conlleva horneado propiamente dicho (aunque sí hay que asar los boniatos) los menos experimentados no tendrán excusa para no hacerla.
Además, si ponéis galletas sin gluten en la base, ¡convertiremos esta deliciosa tarta en apta para celiácos! ¡Yupiiii!
Me despido ya; animaos a comprar mañana los ingredientes y prepararla en un ratito. ¿Se os ocurre mejor manera de pasar la noche de Halloween que tomar una porción de esa exquisitez viendo una peli de miedo en el sofá?
¡Feliz Halloween!
Boira
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