martes, 22 de septiembre de 2015

El Otoño y todo que lo que cabe en una Quiche




¡Muy buenas!

¿Qué tal? ¿Cómo lleváis el último día de verano?

El otoño empieza mañana, sin duda una de mis estaciones favoritas.
A parte de toda la gama de colores que nos ofrecen nuestros árboles, sobre todo en Aranjuez, el cambio a temperaturas más frescas, la ropa, mucho más bonita, los maravillosos ingredientes de esta temporada hacen del otoño un sueño para mi.

Sin embargo todas las ventajas que yo veo para mucha gente son consecuencias horribles del final del verano y de la vuelta a la normalidad.
La vida es así. ¡No hay verano que más de tres meses dure ni persona humana que lo aguante!

Pero sin duda, para mi lo mejor del otoño es disfrutar de los pocos ratos en los que poder estar en casa, cocinando, viendo llover, leyendo, viendo pelis y disfrutando del hogar. ¡Qué le voy a hacer, soy una hermitaña!

El otoño es la estación perfecta para encender el horno y echar a volar la imaginación: bizcochos, calabaza, galletas, asados.. ¡El cielo es el límite!

Y por supuesto el plato que os traigo hoy, uno de mis favoritos. La primera vez que hice una quiche fue tratando de imitar una que venden en Mercadona, de calabacín y queso de cabra. Empecé comprando la masa quebrada pero al final la he acabado haciendo yo misma y el resultado es maravilloso.

Aquí podéis ver la receta de mi quiche de calabacín, de cuando colaboraba en otro blog de cocina. En esta ocasión me he decantado por una variante que vi en la revista Cocina Fácil, de Lecturas, aunque la he modificado un poco.


Quiche de Berenjenas caramelizadas

- 275 g Harina de Trigo
- 160 g Mantequilla
- ½ Cdta. Sal
- 2 Berenjenas
- 2 Cebollas
- 50 g Jamón Serrano
- 100 g Queso tierno
- 250 ml Leche
- 4 Huevos
- 30 g Azúcar
- Aceite de Oliva
- Sal y Pimienta negra


- Lo primero es hacer la masa. Como os decía antes, yo solía comprarla congelada hasta el día que me vi sin ella y me animé a prepararla yo. ¡Acierto total! Sale una gran cantidad de masa por lo que podéis usar el sobrante para hacer otras mini-quiches de otros ingredientes o incluso podéis hacer dos quiches de tamaño mediano.
- Ponemos en un bol la harina, la sal, la mantequilla, que deberá estar a temperatura ambiente, y el huevo.

- Mezclamos con las manos hasta integrar todo bien. Después volcamos la mezcla en la encimera, que tendrá un poco de harina extra, y amasamos un poco, hasta que esté bien compacta. Hacemos una bola, la aplastamos un poco y la envolvemos con papel film. Dejamos que repose en la nevera.


- Después pelamos las cebollas y las picamos fino. Rehogamos con aceite de oliva a fuego suave removiendo de vez en cuando hasta que esté blandita y cambie de color.

- Añadimos el jamón, también picado. Podéis cambiarlo por otro ingrediente como salami o bacon.

- Cuando el jamón se haya dorado también, añadimos el azúcar. Mi instinto me obligó a echar un chorrito de vino Pedro Ximénez… ¡y acertó! Subimos el fuego a tope y dejamos que evapore el alcohol y que caramelice.

- Añadimos las berenjenas cortadas en daditos ya con el fuego más bajo. Pasados unos minutos, cuando las berenjenas cambien de color y estén blanditas, retiramos del fuego.

- Engrasamos un molde con una nuez de mantequilla. Yo tengo uno especial para quiches pero otra opción muy válida son los moldes desmoldables para tartas que nos permitirán sacarla entera sin problemas.


- Estiramos la masa en la encimera espolvoreada con harina hasta dejarla fina y lisa, de algo menos de un centímetro de grosor, aproximadamente.


- La enrollamos con el rodillo y la extendemos sobre el molde directamente.
 
- Pasamos el rodillo por los bordes y retiramos el sobrante.


- Es importante hacerlo rápido y acoplarla bien al molde con los dedos. No pasa nada si se rompe o se os queda alguna “calva”. Con el sobrante lo arreglamos y listo.
 

- Pinchamos la superficie con un tenedor y reservamos.

 
- En un bote alto ponemos los otros tres huevos y un vaso de leche, una pizca de sal y un toque de pimienta. ¡Batimos con la batidora!


- Picamos el queso en cuadraditos y reservamos.

- ¡Hora de montarla! Extendemos el relleno uniformemente sobre la masa junto con el queso.

- Vertemos por encima la mezcla de leche y huevo.


- Horneamos durante 25 minutos en el horno precalentado a 200º. Cuando la superficie se dore sacamos del horno.

En mi opinión es mejor dejarla enfriar del todo e incluso preferible tomarla de un día para otro.

¡Ah, os recuerdo que mañana estaré en el Ikea de San Sebastián de los Reyes impartiendo un taller! ¡¡Animaos y venid a verme!!


¡Espero que os guste, la probéis y me digáis!


¡Nos vemos pronto! ¡Besitos!

Boira

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