viernes, 18 de septiembre de 2015

Una Lasagna en el armario

¡Hola!

¿Cómo habéis llevado la semana?
A mi la verdad es que me está pesando un poco, ¡menos mal que ya es viernes!

El lunes retomé las clases y las cosas como son: ¡qué bien se está en verano y qué poco gusta madrugar!

Pero yo de lo que quería hablaros hoy, aparte de la receta, es de lo que estuve haciendo el miércoles: ¡impartí un taller de cocina en el Ikea de Alcorcón! ¡Aaaaaaah!

El mes pasado me llegó una publi de Ikea Family: buscaban gente que quisiese compartir una receta y allá que me lancé yo. Esta fue la foto que les envié.

El verano acababa y yo ya ni me acordaba del tema. Hasta hace algo más de una semana que se pusieron en contacto. Me habían seleccionado entre otros candidatos para impartir el taller.


Ayer fue el primero pero el miércoles que viene repito en el Ikea de San Sebastián de los Reyes y al siguiente, el día 30, lo haré en el de La Gavia, por si os queréis pasar a saludarme y a probar una super magdalena de chorizo y queso de cabra.

Os podéis apuntar desde la propia página de Ikea; el aforo es de aproximadamente 30 personas, así que ya sabéis. ¡Animaos y venid, que me hará ilusión veros!

¡Fue tan divertido y me lo pasé tan bien! 


Desde aquí aprovecho para dar las gracias a todo el personal de Ikea que hizo lo imposible para que saliera a la perfección, en especial a Jana y David, porque además de eso son encantadores y me dieron mucha seguridad.


Y sin más dilación, vamos con la receta de hoy. Me la saqué de la manga hace unos años un día que no sabía qué preparar de comida. Estuve un rato mirando la despensa. Pasaba del atún, a los macarrones, las aceitunas, los mejillones, las cremas de verduras, el maíz… Hasta que volvía a empezar de nuevo, sin inspiración alguna.

Entonces vi las placas de lasagna y las latas de atún y champiñones y el tomate frito salieron prácticamente solos de la despensa.
Si tienes apenas estos tres ingredientes, tienes una rica lasagna dentro del armario. ¿Por qué no la sacas? ¡Está buenísima!


Lasagna de despensa.

- 1 Paquete de placas de lasagna
- 3 Latas de atún al natural o en aceite
- 2 Latas de champiñón en conserva
- 100 g Tomate frito
- 1 Cebolla
- 1 l Leche
- 80 g Harina de trigo
- 80 g Mantequilla
- Sal, pimienta y nuez moscada
- 100 g Queso rallado

- Escurre las latitas de atún y mézclalo con media cebolla picada y el tomate frito. Reserva.

- Escurre bien los champiñones. Reserva.


- Engrasa el molde con un poco de mantequilla. Reserva.

- Prepara las placas de lasagna siguiendo las instrucciones del fabricante. Yo suelo comprar unas que se usan directamente, sin necesidad de cocerlas ni remojarlas en agua. Pero hoy concretamente las que tenía en casa requerían cocción.

- Para preparar la bechamel, infusiona la leche con la otra media cebolla. Yo pincho un clavo de olor en la cebolla según indica Isasaweis (otro día os hablo de ella) y la verdad es que le da un puntito muy rico.


- Mientras se calienta, derrite la mantequilla en una cacerola y añade la harina. Remueve durante unos minutos con unas varillas dejando se que cocine y pierda el sabor a crudo. Cuando cambie de color, añade la leche hirviendo y remueve, remueve y remueve hasta que los grumos desaparezcan y espese lo suficiente.

- Añade sal, pimienta y un toque de nuez moscada al gusto.

- Monta la lasagna: pasta, atún y bechamel. Pasta de nuevo, champiñones y más bechamel. Termina con pasta, bechamel y queso rallado. 


- Hornea con el horno precalentado a 200º durante 15 minutos, hasta que la superficie se dore y quede crujiente.


Con estas proporciones sale una gran lasagna para cuatro personas. Yo normalmente hago dos de tamaño mediano y congelo una de ellas.

Espero que os guste, la probéis y me contéis qué tal.

¡Nos vemos pronto, aquí o en Ikea!


Boira

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