¡Hola!
¿Cómo habéis llevado la semana?
A mi la verdad es
que me está pesando un poco, ¡menos mal que ya es viernes!
El lunes retomé las
clases y las cosas como son: ¡qué bien se está en verano y qué
poco gusta madrugar!
Pero yo de lo que
quería hablaros hoy, aparte de la receta, es de lo que estuve
haciendo el miércoles: ¡impartí un taller de cocina en el Ikea de Alcorcón!
¡Aaaaaaah!
El mes pasado me
llegó una publi de Ikea Family: buscaban gente que quisiese
compartir una receta y allá que me lancé yo. Esta fue la foto que
les envié.
El verano acababa y
yo ya ni me acordaba del tema. Hasta hace algo más de una semana que
se pusieron en contacto. Me habían seleccionado entre otros
candidatos para impartir el taller.
Ayer fue el primero
pero el miércoles que viene repito en el Ikea de San Sebastián de los Reyes
y al siguiente, el día 30, lo haré en el de La Gavia, por si os queréis pasar a saludarme y a probar una super
magdalena de chorizo y queso de cabra.
Os podéis apuntar
desde la propia página de Ikea; el aforo es de aproximadamente 30
personas, así que ya sabéis. ¡Animaos y venid, que me hará
ilusión veros!
¡Fue tan divertido y me lo pasé tan bien!
Desde aquí aprovecho para dar las gracias a todo el personal de Ikea que hizo lo imposible para que saliera a la perfección, en especial a Jana y David, porque además de eso son encantadores y me dieron mucha seguridad.
Y sin más dilación, vamos con la receta de hoy. Me la saqué de la manga hace unos años un día que no sabía qué preparar de comida. Estuve un rato mirando la despensa. Pasaba del atún, a los macarrones, las aceitunas, los mejillones, las cremas de verduras, el maíz… Hasta que volvía a empezar de nuevo, sin inspiración alguna.
Entonces vi las
placas de lasagna y las latas de atún y champiñones y el tomate
frito salieron prácticamente solos de la despensa.
Si tienes apenas
estos tres ingredientes, tienes una rica lasagna dentro del armario.
¿Por qué no la sacas? ¡Está buenísima!
Lasagna de despensa.
- 1 Paquete de
placas de lasagna
- 3 Latas de atún
al natural o en aceite
- 2 Latas de
champiñón en conserva
- 100 g Tomate frito
- 1 Cebolla
- 1 l Leche
- 80 g Harina de
trigo
- 80 g Mantequilla
- Sal, pimienta y
nuez moscada
- 100 g Queso
rallado
- Escurre las
latitas de atún y mézclalo con media cebolla picada y el tomate
frito. Reserva.
- Escurre bien los
champiñones. Reserva.
- Engrasa el molde
con un poco de mantequilla. Reserva.
- Prepara las placas
de lasagna siguiendo las instrucciones del fabricante. Yo suelo
comprar unas que se usan directamente, sin necesidad de cocerlas ni
remojarlas en agua. Pero hoy concretamente las que tenía en casa
requerían cocción.
- Para preparar la
bechamel, infusiona la leche con la otra media cebolla. Yo pincho un
clavo de olor en la cebolla según indica Isasaweis (otro día os
hablo de ella) y la verdad es que le da un puntito muy rico.
- Mientras se
calienta, derrite la mantequilla en una cacerola y añade la harina.
Remueve durante unos minutos con unas varillas dejando se que cocine
y pierda el sabor a crudo. Cuando cambie de color, añade la leche
hirviendo y remueve, remueve y remueve hasta que los grumos
desaparezcan y espese lo suficiente.
- Monta la lasagna:
pasta, atún y bechamel. Pasta de nuevo,
champiñones y más bechamel. Termina con pasta,
bechamel y queso rallado.
- Hornea con el
horno precalentado a 200º durante 15 minutos, hasta que la
superficie se dore y quede crujiente.
Con estas proporciones sale una gran lasagna para cuatro personas. Yo normalmente hago dos de tamaño mediano y congelo una de ellas.
Espero que os guste,
la probéis y me contéis qué tal.
¡Nos vemos pronto, aquí o en Ikea!
Boira
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