miércoles, 4 de noviembre de 2015

Siempre es buen momento para comerse un croissant

París no se acaba nunca.


Es la ciudad del amor, de las luces, de la moda, de los museos y cafés, de los paseos por sus largos bulevares, de las cientos de películas que la han retratado.


París es siempre una buena idea. Es la ciudad a la que siempre planeo ir. Siempre es buen momento para visitar París.

Mi primera vez en París

De todas las veces que he podido visitarla, creo que la última fue la más especial, hasta la fecha, al menos. Fui con dos amigos y estuvimos una semana en un apartamento. Durante aquellos días con Pilar y Bruno, vi una cara de París que nunca me había parado a contemplar: pude ver la ciudad de otra manera, me gusta pensar que como parisina. No visité el Louvre, como las otras veces, ni volví a subir a la Torre Eiffel. Lo que sí hice por primera vez fue pasear sin prisas por la ciudad, pararme a tomar tantos cafés como pude, visitar sitios menos turísticos y tan bellos como los mas conocidos, seguir la pista de Serge Gainsbourg por toda la ciudad, comer tanto queso, vino, crepes y croissants como pude. Respirar y disfrutar París. ¿Se te ocurre algo mejor?

Misma foto, años después
En el barrio de Belleville, donde estaba nuestro apartamento, Bruno nos subía cada día unos deliciosos croissants recién hechos en una patisserie muy cercana. Nunca los he vuelto a probar iguales y seguramente hasta que no vuelva por allí no los probaré.

El croissant sin duda es uno de mis dulces favoritos, por no decir el que más. No es que sea yo muy exquisita, la verdad, me vale cualquiera que esté medianamente decente.

Últimamente me ha dado por prepararlos a mi, con hojaldre del que venden hecho a falta de aprender este mismo año a prepararlo yo.

Aquí os paso dos propuestas, una salada y otra dulce que podéis prepara como merienda o para cenar o... para cualquier momento del día! Porque siempre es buen momento para comer un croissant.


Croissants de jamón, queso y finas hierbas

- 1 Plancha de hojaldre
- 3 Lonchas de jamón serrano
- 50 g de Queso crema finas hierbas
- 1 Huevo
- Una pizca de azúcar


- Picamos el jamón con unas tijeras.

- Estiramos el hojaldre con ayuda de un rodillo. Es importante no manipularlo mucho y hacerlo rápido porque cuando coge temperatura se vuelve pegajoso y difícil de trabajar.


- Con un cortador de pizza, hacemos triángulos como veis en la foto.


- Ponemos un poquito de queso en la base de los triángulos y encima un poquito de jamón.


- Enrollamos el triángulo como veis en la foto y lo dejamos en una bandeja de horno con papel para hornear.




- Cuando los tengamos todos, pintamos con huevo batido y echamos por encima un poquito de azúcar.


- Horneamos a 180º durante unos 15 minutos, hasta que estén dorados.


¡Cuidado que queman!
Obviamente los podéis rellenar de otras cosas, pero esta es la combinación que más me gusta a mi y os garantizo que he probado varias...




Los croissants dulces que os traigo están rellenos del relleno de los bollos de canela, ¡¡¡un dulce típico sueco que está delicioso!!! Alguna vez os traeré la receta pero, entre que es un poco laboriosa y requiere amasado, de momento nos conformamos con esta increíble combinación...


Croissants rellenos de amor

- 1 Plancha de hojaldre
- 60 g de Mantequilla
- 60 g Azúcar Moreno
- 2 Cdtas. de Canela en polvo
- 1 Huevo
- Una pizca de azúcar


- En un bol trabajamos la mezcla de mantequilla, azúcar y canela.


- Lo ideal es que la mantequilla lleve un rato fuera de la nevera, pero que tampoco esté demasiado blanda.

Esto es puro amor

- Por otro lado, estiramos el hojaldre con un rodillo y extendemos la mezcla de la mantequilla, azúcar y canela con una espátula.


- Hacemos triángulos con un cortador de pizza y enrollamos para hacer los croissants.


- Pintamos con huevo batido y espolvoreamos con azúcar.


- Horneamos 15 minutos a 180º, hasta que estén dorados. Durante el horneado se saldrá algo de mantequilla por los laterales de los croissants, no pasa nada: el azúcar y la canela se quedan dentro y están.... ¡De muerte!


En fin, os dejo con antojo de croissants y de París. Lo primero tiene remedio: en el súper encontraréis el hojaldre.


Lo segundo... también, que no está tan lejos y París siempre es una buena idea.

¡Nos vemos pronto!

¡Besos!

Boira

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